No estés lejos de mí
No estés lejos de mí un sólo día, porque cómo,porque, no sé decírtelo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.
Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,
porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.
Pablo Neruda
Rima LXXVIII
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá!
Podrá la muerte cubrirme
Con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
Gustavo Adolfo Bécquer
Para que te vayas quedando conmigo
No
sé si ya te diste cuenta
que te quiero.
Te quiero en mi vida,
en la banca del parque,
en la tarde lluviosa,
en la noche helada.
Pero prefiero no mucho insinuarme
por el temor a perder grandiosos momentos
que a tu lado voy viviendo.
He guardado un poco de esperanza,
tal vez si me quedo en silencio
e insisto con detalles y no palabras,
porque palabras cualquiera las dice
y te busco con el pretexto más tonto
e invento charlas ridículas
para hablar contigo más tiempo.
Y sin inmutar tu esencia
voy dándote consejos para que crezcas
porque quiero verte llegar lejos.
Si te rompes, te coso.
Si te pierdes, te doy luz para encontrarte.
Si intentas brincar el abismo y te da miedo
te empujo para que pruebes tus alas
y sin atarte ni reclamarte por no corresponder
regalándote día a día
diversas formas de suspiro.
Tal vez si me quedo
y en silencio insisto
me darías uno a uno tus latidos
y hasta lo que nos dure
te vas quedando conmigo.
que te quiero.
Te quiero en mi vida,
en la banca del parque,
en la tarde lluviosa,
en la noche helada.
Pero prefiero no mucho insinuarme
por el temor a perder grandiosos momentos
que a tu lado voy viviendo.
He guardado un poco de esperanza,
tal vez si me quedo en silencio
e insisto con detalles y no palabras,
porque palabras cualquiera las dice
y te busco con el pretexto más tonto
e invento charlas ridículas
para hablar contigo más tiempo.
Y sin inmutar tu esencia
voy dándote consejos para que crezcas
porque quiero verte llegar lejos.
Si te rompes, te coso.
Si te pierdes, te doy luz para encontrarte.
Si intentas brincar el abismo y te da miedo
te empujo para que pruebes tus alas
y sin atarte ni reclamarte por no corresponder
regalándote día a día
diversas formas de suspiro.
Tal vez si me quedo
y en silencio insisto
me darías uno a uno tus latidos
y hasta lo que nos dure
te vas quedando conmigo.
Quetzal Noah
Nupcias
Yo quiero que te sigan mis cantares
en lujosos y cálidos tropeles,
como un vasto cortejo de donceles
de honor, hasta el santuario de tus lares.
Quiero que, como pétalos dispersos
de azahar de simbólica pureza,
descienda blandamente a tu cabeza
la nieve misteriosa de mis versos.
Quiero que cada estrofa dulce y grave,
de este canto de nupcias que te envío,
se vuelva cuatro cisnes que en un río
de azur, vayan tirando de tu nave.
Quiero que para ti cada cuarteto
de este poema, que te ruego acojas,
se convierta en un trébol de cuatro hojas
que te sirva de mágico amuleto.
Y quiero en fin, que sean mis canciones
como un puro collar para tu cuello,
como un vivo destello en el destello
que tus hoy inefables ilusiones.
Y más nieve en tu frente inmaculada,
y más rosa en el rosa de tu anhelo,
y más oro en el oro de tu pelo,
y más luz en la luz de tu mirada.
Sé dichosa entre todas las dichosas,
haz de tu alma una tierra prometida,
y ve gallardamente por la vida,
rimando risas y regando rosas...
Amado Nervo

No hay comentarios:
Publicar un comentario